Cantera

Educar para la participación es educar para la libertad. Un trabajo complejo en un país sin memoria que aún hereda formas de hacer, de relacionarse desde el conflicto no resuelto, desde el miedo y el silencio. Por ello, una de las apuestas más emocionantes, a la que nos enfrentamos a la hora de desarrollar este proceso de educación para la participación, son las
que nos vinculan de dentro a fuera, con los cuidados, los afectos y el mundo emocional: todas las habilidades, aprendizajes y experiencias que construyen la convivencia entre personas.

En estos aspectos el Proyecto La Cantera quiere poner su énfasis: capacidades y habilidades para construir espacios colaborativos y de cuidados, donde permitirnos crecer con otra  madera más solidaria, más tierna y coherente, más desde el corazón… y así, lo demás, llegará. El desarrollo del programa combina la educación formal y no formal como ámbitos de aprendizaje, a pesar de haber tenido a lo largo del recorrido experiencias de Cantera en el ámbito no formal, apostamos por la inclusión en el horario lectivo de los IES, ya que nos asegura la universalidad de la propuesta.

Espacio formal:
Se desarrolla en dos fases que corresponden a los cursos escolares de 2º y 3º de la ESO y se realiza dentro del IES en horas de tutoría. Por ser la puerta de entrada al proyecto, se  requiere trabajar de manera cuidadosa el clima grupal, partiendo siempre de los intereses del grupo. Para facilitar este proceso se tomará como punto de partida la MOTIVACIÓN del
grupo, teniendo en cuenta que ésta es una de las claves fundamentales para que se participe en las sesiones de una forma activa. Se pondrá por tanto el acento en el conocimiento mutuo, la cohesión grupal y la creación de un clima de confianza y respeto, de un espacio en el que se sienten seguros por ser totalmente suyo.

Las áreas de trabajo en este espacio serán las siguientes:
•     ¿Qué siento? (Emociones). La parte más emocional, adquirir e incorporar habilidades de gestión positiva de las emociones, respeto por una misma, lenguaje expresivo, reconocer la unicidad y diversidad en la que nos movemos en los grupos.
•     ¿De qué soy capaz? (Capacidades). Relaciona la parte emocional con las herramientas de las que disponen las personas participantes para el trabajo colaborativo: técnicas comunicativas y de resolución de conflictos, escucha, cuidados grupales para, a partir de lo que se es, poner en funcionamiento las habilidades sociales y las capacidades al servicio del grupo.
•     ¿Qué me motiva? (Centros de Interés). Donde se trabajan desde las herramientas que las participantes son capaces de adquirir, para volcarlas en torno a centros de interés del grupo y crear en el ámbito de la comunidad educativa toda una seria de ideas y actividades sencillas que pueda construir. Dentro de la propuesta está incorporado el enfoque de género, cuidando y propiciando la educación no sexista tanto en el lenguaje como en las experiencias que se propician.

Espacio no formal:
A partir de la sexta y la cuarta sesión en el aula, respectivamente, siempre respetando los ritmos de cada grupo, se llevará a cabo un espacio de educación no formal en el que el alumnado de forma voluntaria pueda desarrollar algunas de las acciones que durante las sesiones de tutoría hayan emergido del grupo. Posibilitando la creación de un equipo de trabajo voluntario que sirva de devolución de las habilidades y capacidades adquiridas en las tutorías, en torno a alguna acción sencilla que mejore la convivencia y donde se ponga el acento en la FORMACIÓN y la ORGANIZACIÓN de los grupos, fomentado la reflexión y el análisis de la realidad de su entorno más cercano, ayudando a que adquieran una actitud crítica ante su contexto más cercano (centro educativo, barrio, pueblo…).

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